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martes, 30 de octubre de 2012

El Corzo en España.

Corzo (Capreolus capreolus)
 El Corzo (Capreolus capreolus) es un mamífero artiodáctilo de la familia Cervidae. Es el cérvido más pequeño de Europa. Su área de distribución se extiende por toda Europa, ausente únicamente en Irlanda, islas del Mediterraneo y norte de Escandinavia. En la actualidad la presencia del corzo es muy común y está en expansión en muchas áreas de Europa. Aunque estuvo casi extinguido en zonas del sur de Europa debido a la pérdida de su hábitat y la sobreexplotación en la primera mitad del siglo pasado. El número de corzos empezó a incrementarse de nuevo debido al abandono del campo, la mejora de los regímenes de caza y las reintroducciones.
 Cabe destacar que existen numerosas subespecies, sólo en la Península Ibérica se han descrito tres subespecies: Capreolus capreolus decorus, Capreolus capreolus canus y Capreolus capreolus garganta o corzo morisco. Destaca sobre todo la diferencia de tamaño entre las poblaciones del centro y norte de Europa, de mayor tamaño, y las del sur, de menor talla.
 En España, el corzo se extiende por la mayor parte del territorio, exceptuando la zona de Levante y con una presencia limitada en Andalucía, aunque ecológicamente muy importante. Abunda especialmente en la parte norte de la Península, aunque también se pueden encontrar ejemplares en el sur. Los principales núcleos poblacionales ocupan la Cordillera Cantábrica, Pirineos y los Sistemas Ibérico y Central. Desde ellos, esta especie ha iniciado un notable proceso de expansión a otros territorios. Se pueden encontrar además reductos poblacionales en los Montes de Toledo, Sierra Morena, el norte y este de Extremadura y en las sierras andaluzas de Jaén, Cádiz y Málaga.
 En la Península Ibérica el corzo ha atravesado por muchas vicisitudes. Desde una severa reducción de sus efectivos durante siglos, consecuencia de una política ganadera basada en el pastoreo trashumante con ovinos, hasta el crecimiento casi explosivo de sus poblaciones en tiempos recientes, habiéndose incrementado por diez su área de distribución en España en los últimos años, debido al abandono de las actividades rurales, la despoblación de estas mismas zonas y la recuperación de la masa vegetal.
 En la actualidad la distribución del corzo sigue en expansión, apareciendo nuevas poblaciones donde hace pocos años no las había. La territorialidad de esta especie es una de las raíces fundamentales de su expansión. La expulsión de los jóvenes del año anterior de las tierras que les vieron nacer, obliga a que la especie se difunda por terrenos limítrofes y sin propietario, siendo el efecto mucho más acusado que en otras especies, que pueden ver aumentados sus efectivos sin tal dispersión geográfica de los mismos. Pero además, su extraordinaria capacidad de adaptación a distintos medios hace que el corzo pueda ocupar estratos agro-forestales o, incluso, netamente agrícolas y humanizados, en los que otras especies no podrían habitar por su necesidad de ambientes del tipo forestal puro.

sábado, 20 de octubre de 2012