Páginas

viernes, 28 de diciembre de 2012

viernes, 21 de diciembre de 2012

El Urogallo en España

Urogallo (Tetrao urogallus)
 El urogallo (Tetrao urogallus) es una especie de ave galliforme de la familia Phasianidae. Es un ave que precisa de un entorno muy peculiar: bosques de conífera tranquilos, claros, con abundante desarrollo de vegetación herbácea y abundancia de bayas, aparte de árboles donde dormir, con ramas fuertes y bien horizontales.
 En verano el urogallo se comporta como ave terrestre, que busca su alimento en el césped, hierbas, crisálidas de hormiga, bellotas, bayas, pero también lagartijas, e incluso pequeñas serpientes. Solamente para dormir se sube a un árbol. 
 En invierno, en cambio, se comporta básicamente como un ave arborícola, que se mantiene con las agujas de los pinos y los brotes. De forma regular traga piedras, que le facilitan la digestión en la molleja. 
 El urogallo común posee una distribución de ámbito euroasiático, ocupando el grueso de la población, entre 5 y 10 millones de ejemplares, los bosques de coníferas boreales del norte de Europa y Siberia, desde los pinares caledonianos de Escocia hasta los extensos bosques de la cuenca del rio Lena, en Rusia. Existen además algunas poblaciones aisladas y de menor tamaño en bosques montanos del centro y sur de Europa, como en los Alpes, Cárpatos, Balcanes, Pirineos o Cordillera cantábrica. Estas poblaciones han evolucionado aisladas durante siglos y han dado lugar a nuevas subespecies del ave que, por su aislamiento y reducido hábitat son las más amenazadas a escala global. 
 En España, desde 1979 se ha vedado la caza de esta especie, y desde 1986 tiene la catalogación de Especie Protegida aunque esto no ha supuesto un incremento en la población hasta el momento. Se le considera una reliquia de la era glaciar, pues tras este período la población se fue desplazando a las regiones frías de Europa y la alta montaña. 
 Desde largo tiempo la población de urogallos va en descenso, en parte debido a la transformación producida por el hombre de estos bosques naturales de coníferas. A escala global, la población de urogallos parece encontrarse en regresión , victimas en mucho casos de la deforestación y fragmentación de las masas boscosas donde habitan, aunque se han descrito aumentos poblacionales de la especie a escala local.
 La población de urogallo en los Pirineos y en la Cordillera cantábrica se encuentran en la actualidad en un periodo de intenso declive demográfico, especialmente acusado en el caso cantábrico. Se estima que el urogallo cantábrico ha perdido el 70% de sus poblaciones durante los últimos 30 años, lo que supone más de un 2% de la población anualmente. Los primeros intentos por realizar una estima de la población cantábrica se llevaron a cabo a principios de los años 80, realizándose un esfuerzo conjunto en Asturias, Castilla y León , Cantabria y Galicia. De este primer censo se concluyó la presencia de 582 machos en la cordillera en un total de 334 cantaderos, pudiéndose haber infravalorado el número de efectivos. En la actualidad la población cantábrica de urogallos probablemente no alcance los 180 machos, la mayor parte de ellos en occidente y apenas una docena de aves en oriente. 
 Igualmente en la vertiente española del Pirineo el número de urogallos ha caído de forma sensible durante las últimas décadas. A principio de los años 80 se estimaba una población de casi 950 machos en Navarra, Aragón y Cataluña mientras que los censos del año 2001 calcularon la presencia de únicamente 689 machos, la mayor parte de los cuales se encontraban en Cataluña. El declive de la población de urogallos en los bosques catalanes se calcula en un 35% en los últimos 20 años, estimándose en la actualidad una población de unos 500 machos residentes. En Aragón la especie se haya en un claro proceso de regresión con una población actual en torno a los 80 machos adultos, casi un 50% menos que los efectivos contabilizados a finales de los 80. En Navarra la población de urogallos en 1989 era de tan solo 15 machos adultos, en la actualidad el ave en la comunidad foral se encuentra al borde de la extinción. 
 En Andorra la población de urogallos goza de una buena salud debido fundamentalmente a la excelente calidad del hábitat donde viven los urogallos andorranos, se estima la presencia de unos 280 machos en el Principado. Y en Francia población de urogallos pirenaicos se estima en 1750 a 2500 machos adultos, lo que supone la mitad de la población estimada en los años 60. La población francesa presenta una tendencia por lo tanto igualmente negativa .
 En la Cordillera cantábrica el urogallo ha ocupado históricamente bosques de hoja caduca desde los Ancares lucenses hasta los hayedos de la Reserva del Saja en Cantabria, si bien es probable que su distribución reciente fuese mucho más amplia, ocupando sierras periféricas como los montes Aquilanos y la Cabrera en León , los montes Oberanes y las Sierras del Norte de Burgos y la Sierra de la Demanda en la Rioja.
 En la actualidad , el área de distribución del urogallo cantábrico se ha fragmentado en dos núcleos poblacionales, con una superficie de ocupación máxima de 1.700km2. El núcleo oriental ocupa los bosques de Riaño, Lillo, Amieva, Ponga, Caso y Aller, donde el número de aves en la actualidad es muy escaso , encontrándose la población al borde del colapso, y el núcleo occidental, con poblaciones de la Cepeda, Baja y Alta Omaña, Alto Sil, Cangas de Narcea, Teverga, Degaña e Ibias, con un núcleo reproductor más estable aunque igualmente en declive.
 La población pirenaica de urogallo ha día de hoy forma una metapoblación mucho más estable y extensa que la cantábrica, abarcando unos 13.150km2 de área de ocupación. En la vertiente sur de la cordillera la especie dispone de una distribución mucho más restringida que en la vertiente francesa. En Navarra por ejemplo solo queda un pequeño núcleo reproductor en los bosques de Larra. En Aragón existen dos sectores diferenciados con presencia de la especie, los bosques de Jacetania en el occidente, donde el ave esta a punto de extinguirse y un sector de ocupación más amplio en la Ribagorza y Sobrabe conectados de manera directa con la población catalana y francesa. Cataluña dispone de la mayor superficie de ocupación en la vertiente sur de los Pirineos con poblaciones en las comarcas de Pallars Sobira, Val de Arán, Alt Urgell, Alta Ribagorca, Cerdanya, Bargueña, Pallars Jussá , Ripollés y Solsonés. En la vertiente norte el urogallo pirenaico ocupa bastas extensiones de bosques de coníferas, hoja caduca y mixtos de los departamento de los Pirineos atlánticos, Pirineos centrales, Garona Central, Ariége, Aude y Pirineos occidentales. La mayor parte del área de distribución del urogallo pirenaico se encuentra en territorio francés. 
 El principado de Andorra dispone de uno de los mejores hábitats para el urogallo de todo el Pirineo, existiendo aves en prácticamente todas las masas boscosas de cierta entidad del Principado.
 Las poblaciones españolas, francesas y andorranas de urogallo se encuentran en su mayoría plenamente comunicadas.

Amenazas 
>Cambio climático: El nacimiento de los pollos de urogallo durante la primera quincena de Junio esta programado para coincidir con un periodo de abundancia de invertebrados y más seco y estable desde un punto de vista climatológico que el de semanas anteriores. Algunos estudios afirman que el cambio climático puede estar retrasando la llegada de este periodo más cálido y con el ,la aparición de los insectos en el estrato arbustivo del bosque, lo que podría reducir las tasas de supervivencia de los pollos durante las primeras semanas de vida. También puede estar reduciendo el hábitat óptimo para el ave, relegando a la especie a altitudes cada vez mayores en nuestros bosques. 
>Fragmentación del hábitat: El urogallo ocupa masas forestales boreales o montañas con hábitats adecuados para su supervivencia. La fragmentación y desaparición de estas masas boscosas provocan rápidos declives poblacionales del ave y favorecen la aparición de bordes forestales y pastos, mas favorable para los predadores del urogallo. A este respecto las masas forestales de menor tamaño no están ocupadas por aves o las ocupan un número reducido de ellas. La fragmentación del hábitat del urogallo dificulta la consolidación de una metapoblación estable de aves e intensifica el impacto de otras amenazas sobre la especie. 
>Cambios de uso: Los cambios de uso del suelo han modificado la estructura del bosque y de su estrato arbustivo. Desconocemos en gran medida hasta que punto estas modificaciones en el uso del medio, provenientes en muchos casos del abandono de la ganadería extensiva y de los aprovechamientos tradicionales madereros, han podido influir sobre las poblaciones de urogallos. 
>Predación: La predación es un mecanismo natural de la naturaleza que favorece el control de las poblaciones de herbívoros y la salud general del ecosistema. A este respecto hay que señalar que el urogallo, por escaso que sea, solo es una pieza más de la cadena alimenticia y por tanto es susceptible de ser depredado. Sin embargo, la deforestación, los cambios de uso del suelo, la aparición de recursos alimenticios proveniente de asentamientos humanos y la disponibilidad de carroñas proveniente de las altas densidades de ungulados domésticos y salvajes en nuestros montes pueden esta favoreciendo el desarrollo de determinadas poblaciones de carnívoros. Altas densidades de predadores oportunistas como el zorro, la marta, la garduña o diversas especies de córvidos, pueden perjudicar las posibilidades de supervivencia de huevos, pollos y adultos, constituyéndose en un factor más a tener en cuenta del declive del ave. 
>Competencia con herbívoros: Los herbívoros, tanto salvajes como domésticos, son capaces en altas densidades de modificar la estructura forestal del bosque así como de dificultar la regeneración, reducir la biomasa y la producción de frutos de muchas especies arbustivas que, como el arándano o la gayuba suponen un recurso alimenticio de primer orden para la población de urogallos. Elevadas poblaciones de ungulados en determinados sectores del Pirineo han venido acompañadas de la desaparición o deterioro del dosel de gayuba y arándano lo que a acarreado declives dramáticos de la población de urogallos como ha ocurrido en el caso de la Reserva de Caza de Baumort. Episodios similares han acontecido en diferente sectores de la Cordillera cantábrica como los bosques de Riaño, Somiedo, Camaleño o Caso, donde las altas densidades de ciervo han dañado seriamente las acebedas y el dosel de arándano asociado a estos bosque. Existiendo una clara correlación espacial entre altas densidades de ungulados y elevados declives de la población urogallera. 
>Molestias: La época de celo y la de invernada constituyen dos periodos del año en los que las molestias causadas por el hombre pueden acarrear severas consecuencias sobre la supervivencia o las posibilidades de reproducción de los individuos. El turísmo ornitológico y el de ocio relacionado con la visita a cantaderos durante las madrugadas primaverales puede causar molestias a las aves en celo, provocando el desplazamiento de hembras y machos de sus lugares habituales de exhibición. Igualmente la actividad cinegética y el tráfico rodado en áreas de invernada provocan esfuerzos energéticos severos a las aves durante el invierno al verse obligadas a escapar en un momento del año en el que hay una gran escasez de recursos tróficos. 
>Mortalidad no natural: El choque sobre tendidos eléctricos, cerramientos ganaderos o remontes en las estaciones de esquí es una de las principales causas de muerte de aves adultas en nuestros bosques. En algunos lugares como Escocia, el balizamiento y señalización de cierres cinegéticos han sido capaces de detener el declive poblacional del ave en determinados sectores. Es por ello que se hace necesario eliminar en lo posible estos factores de riesgo en nuestros bosques lo que mejorará la tasa de supervivencia de adultos y por tanto el futuro de la especie. Otra causa de mortalidad no natural especialmente lesiva en el pasado en diferentes lugares de la Cordillera cantábrica y el Pirineo ha sido la caza furtiva que en algunos casos causó la desaparición de aves en determinados cantaderos y la regresión general de la especie en muchos sectores.

Conservación
 Las labores de defensa de este ave y su hábitat son fundamentales para conservar la población urogallera que nos queda, para cimentar las bases sobre las que asentar una futura recuperación de la especie en nuestro pais. Conservar el hábitat del urogallo es conservar a la própia ave, por lo que se intenta eliminar o minimizar el impacto de aquellos factores que puedan perjudicar a esta magnífica ave por parte de asociaciones y administraciones.
 Se han llevado a cabo actividades y acciones en defensa de la integridad de diversos parajes de gran importancia para los urogallo cantábricos y pirenaicos, como los bosques de roble melojo y pinares amenazados. Igualmente esencial es proteger a las aves de aquellos peligros derivados de la actividad humana en nuestros bosques y evitar casos de furtivismo o molestias excesivas durante periodos de especial sensivilidad para el urogallo.
 El asesoramiento e intercambio de información con las diversas administraciones autonómicas es igualmente vital a la hora de mejorar la conservación del urogallo y minimizar el impacto de diversas labores y obras civiles promovidas en el hábitat del urogallo.
 La ayuda y conciencia social es esencial a la hora de proteger esta especie y denunciar agresiones contra el ave y su hábitat, y de esta manera actuar contra ellas.