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sábado, 21 de enero de 2012

El renacer del Lince Ibérico.

Lince Ibérico (Lynx pardinus)
 La cesión de linces a Portugal y las reintroducciones en Córdoba y Jaén demuestran sin lugar a dudas que el esfuerzo por recuperar al lince ibérico está siendo un éxito.
 La Junta de Andalucía, que lleva más de veinte años intentando evitar la extinción de este felino, el más amenazado del planeta y del que sobreviven unos 250 ejemplares, destaca que ambas actuaciones confirman la recuperación de la especie y el éxito de las medidas desarrolladas.
 En 1990 quedaban un millar, repartidos en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha. En 2004, apenas se censaron 150 individuos, cien en Sierra Morena y cincuenta en Doñana.
 Ambas poblaciones  son las únicas que han sobrevivido a la destrucción y fragmentación del monte mediterráneo y a la desaparición del conejo, su alimento casi exclusivo, por enfermedades contagiosas.
 La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) certificó esta extrema vulnerabilidad al catalogar al lince ibérico como especie en 'peligro crítico de extinción'.
 Fue en este punto cuando el Gobierno central y andaluz, impulsaron actuaciones urgentes para evitar la extinción de la especie, una de las más representativas de la biodiversidad ibérica.
 Estos esfuerzos han sido respaldados por la UE, que ha financiado a los gobiernos español y portugués, y a los de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Madrid con 26 proyectos LIFE relacionados con el lince ibérico.
 Entre otras actuaciones, estas inversiones han sufragado el programa de cría en cautividad, que desde 2005 ha logrado la supervivencia de 40 ejemplares, algunos de los cuales ya han logrado reproducirse.
 Este programa mantiene dos centros de cría: El Acebuche (Doñana) y La Olivilla (Sierra Morena). A los que se une el de Silves, en Portugal, que recibe los primeros linces cedidos desde Andalucía.
 Las ayudas e inversiones de los gobiernos en el lince desde 1994 también han ayudado a preservar y mejorar decenas de miles de hectáreas de monte mediterráneo, especialmente en Sierra Morena y Doñana. Ya que la conservación del lince ibérico no sólo sirve para salvar la especie, sino también, el ecosistema mediterráneo.
 Gracias a estas actuaciones, la población en Sierra Morena ha pasado de las 19 hembras censadas en 2003 a las más de 30 actuales, con una media anual de 40 nuevos cachorros. Parte de estos ejemplares se han extendido a Castilla-La Mancha, donde el Gobierno regional ha confirmado la existencia de linces en Ciudad Real y Toledo. Y en Doñana, donde en 2007 apenas quedaban 50 linces viven ahora unos 70 ejemplares tras el nacimiento de una veintena de cachorros. 
 Estos resultados son contestados por grupos ecologistas que denuncian que muchas amenazas al lince, como la pérdida de hábitats y atropellos, siguen activas.
 Con todo, el éxito de la cría en cautividad y de las poblaciones en libertad permiten el envío de linces a Portugal. También se aplicarán programas de recuperación en Extremadura y reintroducciones en Jaén y Córdoba.
 Con ello comienza una notable recuperación en la Península Ibérica de una emblemática especie, incierta en su resultado final pero esperanzadora.
 Adjunto enlace del proyecto LIFE Lince Ibérico:  http://www.lifelince.org/